DI NO A TUS DOGMAS

sábado, 22 de octubre de 2011

Entre la ingenuidad y la cobardía



Dos ancianos enamorados representan la expresión más sublime de amor. Es el reflejo de una vida triunfante, la respuesta a la incógnita de la felicidad. Y la majestuosidad del hecho recae en la sencillez y la sinceridad abrazadas en maciza sabiduría. Saberse enamorado siendo un anciano es saber que todas las decisiones tomadas en la vida fueron las correctas.


Antes de llegar ahí vivimos agazapados, aterrados ante la latente posibilidad de dar un paso equivocado. 


No conoce el equilibrio entre la ingenuidad y el verdadero amor. Éste último inventado por él, porque de amor verdadero nadie sabe nada. Y entre la duda se le escapan de las manos las que hubieran sido las expresiones más sinceras de cariño. Y entre pasiones se le escapan las mentiras que van construyendo puentes de papel, de los que jamás han logrado hacer cruzar al tiempo. Y todo por pensar demasiado o no pensar nada. Todo por no seguir su corazón o sólo seguirlo a él. Todo por cobarde o por atrabancado.


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