DI NO A TUS DOGMAS

lunes, 29 de agosto de 2011

Al que roba...revísale el cuello

Dicen que los que roban son injustos.
Fuimos enseñados a condenar todo acto fuera de la ley; principalmente las de las tablas de la ley, las de los diez mandamientos. Y de manera enérgica en contra de todo acto de robo.
Dicen que robar es tomar para sí lo ajeno. Ajeno es lo perteneciente a otra persona. Pertenencia es aquella cosa que es propiedad de alguien.
¿Y cómo se definen las propiedades? ¿Cómo nacen? Somos propietarios de aquellas cosas que nos han regalado, o que nos hemos ganado trabajando, que hemos comprado o intercambiado, ¿no? O que nos han heredado, supongo.
Si nadie nos regala nada ni hemos heredado nada, sólo podemos obtener una pertenencia a través del trabajo. Eso es lo que dicen. Es como debe funcionar. Ya sea pertenencia individual o colectiva, ¿qué es preferible?, ese es otro debate.
Uno trabaja y obtiene algo a cambio. Así nos condenó el dios vengativo:



Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 

Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. 
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. 


¿Cuánto?, ¿cuántas pertenencias obtenemos por nuestro trabajo? Dependerá de cuánto trabajes, ¿o no? Eso no lo aclaró dios. Pero el sentido común nos ayuda a saber que a cuánto más trabajo, más pertenencias.
¿O será que el que es más listo obtiene más?, ¿o el más fuerte?, ¿o el más hijo de puta?

Pues algo en ello hay de cierto porque sabemos que en este mundo, la cantidad de trabajo no es proporcional a la cantidad de pertenencias. Y aunque parezca extraño, esto no es claro para toda persona. ¡Sí señor!, existe gente que afirma que la pobreza existe a consecuencia de la holgazanería. Esta afirmación es, a su vez, consecuencia de la ignorancia, consecuencia a su vez, en muchos casos, de métodos de manipulación, premeditados desde las altas cúpulas económicas y gubernamentales. Tristemente.

Resulta entonces que trabajar no es suficiente para adquirir una pertenencia.
- ¿A un coche te refieres?
- No hombre, me refiero a lo que permita comer, vestir, calzar y refugiarse.
- ¡No inventes!

Un dato: Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en México existen 12 millones de personas en pobreza extrema. Es decir, el diez por ciento de la población no puede cubrir sus necesidades de comida, agua potable, techo y salud. Uno de cada diez. Imagina caminar por la calle y saber que una de cada diez personas que veas vive en esas condiciones. 
¡Ah! pero no las vamos a ver. Están allá en la sierra, están allá en el desierto, están en las alcantarillas, están en la selva.

El sistema de trabajo a cambio de pertenencias no funciona. Y eso lo sabe el Estado, así que éste facilita mecanismos que aseguren las necesidades básicas. La CONEVAL ya nos dice que esto tampoco funciona. Doce millones de personas en México que luchan por sobrevivir. Doce millones que están fuera del amparo del Estado, fuera del amparo de la sociedad, fuera de...¿México?

¿Quién tendrá el cinismo suficiente para exigirles a esos doce millones que se adpaten a las leyes de dios? Las leyes de dios y del Estado los mantienen en condena de muerte.

De esos doce millones hay quienes deciden "no entrarle" a eso de las leyes, porque las leyes los han traicionado, las leyes los van matando, las leyes los hace vivir el infierno en vida.
Y llegan pues los abandonados a las urbes y la verdadera injusticia los golpea en la cara. La injusticia de la opulencia.
Así que sí hay, y hay para todos, pero se los llevó el listo, el fuerte y el hijo de puta. Habrá pues que hacer un mínimo intento por equilibrar el asunto. Me parece justo.

Y el de los doce millones roba un coche, roba una cartera, roba una torta. ¡Sacrilegio! ¡Ha roto el séptimo mandamiento!
- Pero no tengo que comer.
- ¡Blasfemo!
- Pero no tengo casa.
- ¡Ladrón!
- Pero no tengo medicina.
- Escoria de la sociedad.
- ¿Sociedad?

¡Cuál sociedad! Doce millones desterrados de la "sociedad".

De entre ladrones sólo nos enseñaron a discriminar entre los de cuello blanco y el resto. A los primeros se les exculpa, el resto es condenado. Sí, aunque sea de los doce millones.

Una sociedad no puede exigir el cumplimiento de una ley que vaya en contra de la vida. Quienes luchan por sobrevivir quedan fuera de las leyes que suponen un Estado funcional, y por lo tanto tienen el derecho moral a hacer su lucha distribuyendo pertenencias, así sea sacando una cartera.

sábado, 27 de agosto de 2011

La luz que te cegó

El coyote es tu Siddhartha
El coyote es tu Jesús
Es teoría de lo correcto
La teoría de la bondad

El coyote está en tu escrito
El coyote es tu razón
Es lo que has iluminado,
Con la luz que te cegó

El coyote es el consejo
El coyote es el bastón
Pero vive del deshecho
Que escupió tu corazón

jueves, 25 de agosto de 2011

Horizonte

Horizonte de piel de bestia.
Piel sin pelo, piel de esquizofrenia.
Nunca se está listo para la locura,
se tiene que tomar sin esperar domarla.

Y cuando la bestia llame,
y sientas aquel deseo irracional,
no busques más allá de tu mano.
Está cerca, está desnuda.