DI NO A TUS DOGMAS

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Así, sin miedo


La Revolución Bolivariana es la salida. El socialismo latinoaméricano es la respuesta a todos aquellos que siguen en busca del sistema político ideal. Por lo menos al día de hoy. Y en México se sigue expresando con cuidado. Con engañada cautela. Seguimos teniendo la sombra del imperio encima. Seguimos aterrados ante el país del norte que condena cualquier intención de hacer resurgir una sociedad igualitaria. La lucha debe ser por el socialismo y se debe decir así, sin miedo.

¿Quiénes luchamos?

¿Quiénes luchamos? ¿Dónde están todos lo que están dispuestos a recibir los golpes del presente por un mejor mañana?
No podemos pretender vivir en un estado de comodidad. La realidad social no lo permite. La lucha no puede basarse en la limosna de tiempo o de esfuerzo. Debe ser el oficio. La ignorancia más peligrosa no es la del conocimiento, es la emocional, la que nos acorrala ante la indiferencia. Es la que no nos permite sentirnos cómplices de las heridas de la comunidad.

Las fuerzas que en México buscan una verdadera transformación hacia el socialismo se han visto mermadas por las opositoras que tienen la ventaja de aprovechar los instintos naturales del hombre que lo encausan al individualismo. La batalla por algún día poder erguir victoriosos nuestra bandera implica un esfuerzo considerablemente mayor al necesario para los enemigos. Si no somos concientes de ello y pretendemos confiar únicamente en los métodos institucionales habremos perdido de inicio. Por eso se nos necesita en las calles, en las manifestaciones, en las huelgas, en el frente y sudando, en el colectivo y sangrando, en el comité y gritando. En la constante disidencia, entregada y organizada, frente al régimen opresor.

La lucha social nos invita a reflexionar sobre la energía que dedicamos al bien común. La postura espectadora nos convierte en cómplices del sistema tiránico.