Creyó que lo que hacía débil al hombre eran sus sentimientos y sus miedos. Que eran esos los responsables de vivir aburrido y pasivo. Y empezó a arriesgarlo todo sin importarle el miedo a empezar ni la tristeza al terminar. "La tristeza es un falso límite para no poder ser realmente libre", creía él.
Al final, sólo el suicidio pudo dar fin a una de las más grandes depresiones que ha conocido la humanidad.
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